domingo, 1 de noviembre de 2009

Para el seguimiento de los grupos

Cuando tienes que atender a unos ciento cincuenta alumnos parece evidente pensar que no va a ser fácil llevar un seguimiento riguroso de la actividad de cada uno y sin embargo esta circunstancia es, para el maestro especialista de educación física, crucial para poder realizar una evaluación adecuada de todo el proceso de aprendizaje.
El tutor tiene mucha más información que nosotros sobre cada uno de los chavales de su clase, recogida a través de la observación cotidiana, exámenes, trabajos, deberes, conversaciones con la familia, etc. El MEF, seamos realistas, no tiene tanto contacto con cada alumno (si hacemos cuentas, para una clase de 20 alumnos, 2 horas semanales, sale a 6 minutos por nano y semana ¡peor que en el médico de cabecera!), ni suele realizar exámenes o pedir trabajos o deberes con la misma asiduidad que el tutor de modo que ha de buscar otro tipo de canales para recoger la información que necesita para poder llevar a cabo una evaluación acertada.
Aspectos básicos como la asistencia, la higiene (aseo y ropa adecuada) y la actitud durante la clase son fáciles de registrar por su evidencia y pueden ser un buen punto de partida para un proceso más completo de evaluación. Si el MEF puede registrar estos elementos rápida y cómodamente podrá dedicar su atención y su tiempo a otros ítems más complejos del proceso de aprendizaje como la calidad del movimiento, la capacidad de superación, el compromiso motor...


Pues bien, después de unos cuantos años y unos cuantos “librillos” estos maestrillos (mi compañero Jose Luís y yo mismo) parece que han dado con un método que cubre esas expectativas. Hemos elaborado, para cada clase, un hoja de registro mensual metida en una funda transparente de plástico y clavada con una simple chincheta en el tablón de corcho del aula. También dentro de la funda hemos incorporado dos tarjetas de cartulina donde registramos los problemas de actitud: una roja (para los problemas graves) y otra amarilla (para problemas de comportamiento más leves). Uno de los dos alumnos Ayudantes de la semana, siempre un chico y una chica, se encarga de escribir (con bolígrafo) la fecha, pasar lista anotando la falta de asistencia y si se han traído las toallitas húmedas, la ropa y calzado adecuado. Finalmente controla el buen comportamiento del grupo y la limpieza en su vestuario. Lleva la funda hasta el patio y queda a mano para que nosotros podamos recurrir a las tarjetas si fuera necesario. Al finalizar la clase, el/la ayudante del día la vuelve a dejar en el corcho del aula hasta la próxima sesión.


En estos dos primeros meses del curso la cosa ha ido funcionando bien. Los alumnos se sienten responsables y partícipes en la organización de la sesión, han ganado en autonomía, ha mejorado el comportamiento general, entienden que en determinadas ocasiones el maestro puede sacarles tarjeta amarilla o roja y que eso tiene una repercusión inmediata en forma de sanción temporal, incidencia en su agenda, en su evaluación, etc. A nosotros también nos ha venido bien no ir cargados con libretas y es muy cómodo tener toda esa información siempre disponible sin renunciar a otros elementos de registro y evaluación más puntuales. Cuando acabe el curso veremos su eficacia final, haremos una evaluación del recurso y decidiremos si continuamos así el curso que viene.

4 comentarios:

José Emilio Pérez dijo...

Como siempre otro artículo interesante y relacionado con la educación física diaria que es la que dignifica.
Habría que valorar qué conducta es motivo de tarjeta roja y cuál es de amarilla. Todavía más interesante si el alumnado se implica en su determinación.

elmaestrojuan dijo...

En general la tarjeta amarilla es para: interrupciones en la explicación del maestro, mal comportamiento en la fila o el vestuario, pasividad en la actividad, mal uso del material... y la tarjeta roja para: insultos, agresiones y faltas de respeto a los compañeros o maestro. Desde que empezó el curso no hemos sacado ninguna roja. La cosa va funcionando...

salva dijo...

Todo lo que sea facilitar la tarea del maestro, y sobre todo ceder poco a poco responsabilidades al alumnado me parece genial. Yo además, añadiría la tarjeta verde, para los alumnos que destaquen por buen comportamiento durante ese mes. Creo que es importante resaltar y reforzar las buenas conductas para que se sigan dando. Un saludo Juan.

Anónimo dijo...

Me gusta la idea. LA de las toallitas, casualidades, ya la ponemos en práctica y ha mejorado muchísimo, aunque nos organizamos de otra manera para anotarlo.
Vic