lunes, 12 de enero de 2009

Expectativas


Empiezas la semana descansado, con ganas de trabajar, animoso; has comenzado una nueva unidad didáctica sobre la pelota valenciana y esperas que les guste; te has preocupado de conseguir los materiales necesarios, desde pelotas de badana hasta un completo video de treinta minutos; hiciste un cursillo en el CEFIRE sobre el tratamiento didáctico de este deporte e incluso has pensado que sería buena idea visitar un trinquet o que os visitara un autentico pilotari; todo parece bien encauzado, hasta aquí.

Empiezas la sesión llamando al orden, resolviendo problemas de conducta; presentas el trabajo de hoy, construir el guante, y oyes resoplidos y expresiones de desgana; preguntas por los materiales que debían traer (esparadrapo, cartón y tijeras) y descubres que la tercera parte de tus alumnos/as los han olvidado; expones el video y tienes que pararlo cada cinco minutos para recordarles que no deben hablar, molestar al compañero, mirar por la ventana, hacer ruido, etc, etc, etc; repartes pelotas de tenis e indiakas para empezar a practicar el golpeo y tras luchar lo indecible durante la sesión para que las utilicen como es debido, desaparecen tres pelotas y se rompen dos indiakas; desistes de la visita al trinquet y ante tal panorama ni te planteas ya que venga el pilotari; casi nada ha salido como esperabas, y tan solo es lunes.

Quiero pensar que son todavía síntomas de la resaca de las vacaciones de Navidad y que a lo largo de la semana irán entrando en la dinámica de la unidad. Por otra parte no dejo de preguntarme qué estoy haciendo mal y cómo podría conseguir que todo funcionase mejor. Quizá esta noche, después de ejercer de padre, limpiador doméstico, cocinero, fregaplatos y contador de cuentos para dormir, tenga un ratito para pensar en ello.

5 comentarios:

José María dijo...

Te entiendo perfectamente. Cuanto más preparas una cosa y más ilusión tienes, las expectativas no son acordes. Igualmente con padres y comunidad educativa en general que casi nunca reconocen tu labor. Por lo menos, públicamente, aunque creo que sí que lo consideran. Sé que es nuestro trabajo y obligación pero de cuando en cuando a todos nos gusta notar algo de luz, aliento y fuerza por parte de los demás.
No te preocupes y yo particularmente seguiría con toda la programación y propuestas. Por lo menos para aquel niño y niña que sí quiere estar.
Un saludo y buen regreso.

David Argente dijo...

Juan, Juan.. todos hemos tenido días así y la verdad es que desmoraliza. Tranquilo. Seguro que la siguiente sesión será mejor.

Suerte y a por ell@s.

Anónimo dijo...

pues yo, a diferencia de los dos comentarios a tu entrada, pienso que es lo más habitual. Y es así, lo reconozcamos o no, por que los niños y niñas actuales están a años luz de nosotros. Y me refiero a su modus operandis y a su modus vivendis. Aquello que nos emociona y sorprende a personas de otras generaciones, no presenta coincidencias con lo de esta generación. La capacidad de sorprender a un montón de niños y niñas (hablo de la generalidad) es tan escasa...
Creo que lo que no les falta es estima a nuestro actual alumnado, de eso van más que sobrados. Quizá esa sobreprotección les hace ser así? Es un buen tema para debatir, si señor, Juan

Àngel Ramírez

elmaestrojuan dijo...

Gracias a los tres por vuestras palabras de aliento y comprensión ;-)

Anónimo dijo...

No te desanímes! Acaban entrando... les acaba gustando tanto que acabas siendo "PRESCINDIBLE"